Desde hace un tiempo venimos escuchando lo importante que son las células madre. Todos hemos visto noticias de bancos de células que se obtienen del cordón umbilical en el momento del parto, y se guardan como una especie de seguro biológico. Pero, independientemente de esto ¿sabemos qué son las células madre y cuáles son sus beneficios?
El descubrimiento de las células madre es uno de los grandes logros de la medicina del siglo XX, y por parte del sector cosmético se ha encontrado en ellas otro beneficio.
Las células madre epidérmicas mantienen el equilibrio de las células dentro de la epidermis y recuperan el tejido dañado. Tienen una vida limitada porque el estrés y la edad pueden hacer que disminuya su actividad y su cantidad; uno de los motivos del envejecimiento cutáneo.
A partir de cumplir 30 años, el proceso natural de renovación de las células se empieza a hacer más lento, llevando a la pérdida de firmeza y elasticidad en la piel. El grosor de la dermis disminuye lo cual lleva a la aparición de arrugas, manchas, flacidez y líneas de expresión. Existen muchas técnicas para disminuir los efectos, pero lo novedoso de las células madre es que no solo reparan el daño provocado por el paso del tiempo, sino que también ponen un alto a los síntomas de la vejez.
Las Células Madre de nuestra piel están en la capa más profunda de la epidermis. Es aquí donde cada una de las células madre favorece la producción de cientos de células que tienen un alto poder de renovación y regeneración de la epidermis.
El estrés medioambiental, el paso del tiempo, y otros factores agreden gravemente la epidermis, llevando gradualmente una disminución del número de células madre, y en consecuencia, disminuyendo la capacidad de renovación de la piel.
La misma pérdida de células madre en la epidermis, también afecta la dermis, lo que provoca una pérdida de firmeza por parte de esta, provocando la aparición de arrugas que cuando pasa el tiempo van haciéndose más profundas.
Aunque la cosmética no utiliza células madre humanas, reproduce el efecto de éstas con células de origen vegetal en estado embrionario que promueven las proteínas esenciales de la piel para llevar a cabo una regeneración del tejido de la cara, recuperando esta su firmeza.
Todas las células madre, sea cual sea su origen, humano, vegetal o animal, tienen la capacidad de autogeneración. Esta es la causa por la que se utilizan para preservar la vitalidad de las células madre humanas.
Al aplicar a nuestra piel células madre vegetales, estas promueven la longevidad de nuestras propias células madre cutáneas, lo cual hace que aumente la producción de colágeno, elastina etc. lo que dará lugar a un cutis hidratado, terso, elástico y sin arrugas.